En una investigación de Señal Colombia y la Revista Raya, se reveló los números de matrículas de las aeronaves que transportaron el dinero para la compra del software espía Pegasus.
En el reportaje del domingo 20 de octubre del programa Señal Investigativa, de Señal Colombia en colaboración con la Revista Raya, reveló información exclusiva sobre la adquisición del software espía Pegasus por el gobierno de Iván Duque. La investigación revela los números de matrícula de dos aviones israelíes que aterrizaron en Bogotá para transportar el dinero en efectivo utilizado en esta operación secreta, así como los nombres de los pilotos y las rutas de los vuelos.
El primer avión, un bombardier Challenger de matrícula M-ABGG, salió de Tel Aviv el 25 de junio de 2021 y realizó escalas en las Islas Canarias y Venezuela antes de aterrizar en Bogotá. Con un piloto experimentado en ciberseguridad, Amir Sade, el avión transportó 5.5 millones de dólares en efectivo, transacción que se confirmó poco después en un banco israelí. El segundo vuelo, realizado por el jet T7CPX, conocido por ser utilizado en misiones secretas, llegó a Colombia el 18 de septiembre de 2021, completando otra transacción de la misma cifra.
La investigación sugiere que la transacción estuvo marcada por irregularidades, incluyendo la posibilidad de lavado de activos, ya que el dinero utilizado provino de fondos incautados al narcotráfico. Gustavo Petro, presidente de Colombia, reveló públicamente la compra del software en su discurso presidencial el 4 de septiembre de 2023, mismas fechas reveladas por Señal Investigativa, lo que intensifica la presión sobre los exfuncionarios del gobierno de Duque.
A medida que se desvelan más detalles sobre esta operación, el escándalo ha llevado a un intenso debate en la opinión pública. Algunos exfuncionarios han negado las acusaciones, mientras que otros, como el periodista Gur Megiddo, destacan que la compra de Pegasus no solo representa un acto clandestino, sino también un uso cuestionable de recursos que podría haber sido ilegal.
Las imágenes de los aviones y los nombres de los pilotos, que ahora son de conocimiento público, podrían tener repercusiones importantes en la investigación sobre la corrupción y el lavado de activos en Colombia.