Si hablamos de parejas ideales en Navidad, sin duda el buñuelo y la natilla salen a relucir en cualquier casa colombiana. Sin embargo, más allá de esta tradicional unión, a lo largo y ancho de nuestro territorio encontramos opciones culinarias imperdibles.
El archivo de Señal Memoria reúne una serie de recetas que se pueden apreciar en las series Club del tesoro (1998) y Culturama (2009) y que son el resultado de la evolución por siglos que convergieron entre ingredientes, el mestizaje y el desarrollo industrial.
La gastronomía y tradiciones colombianas han sido temas explorados por la televisión cultural del país a través de series documentales, programas infantiles o magazines. Y por supuesto, la navidad ha sido la protagonista de especiales en los medios públicos; inmortalizándose en pantalla tradiciones como las Novenas y la gastronomía.
El Archivo Señal Memoria conserva registros de algunas recetas para preparar dos de los platos más emblemáticos de la navidad colombiana. Así, puede ver cómo una familia valluna que migra a otra región, por ejemplo, lleva consigo su propia receta de arroz con leche, sumado a su tradicional desamargado y hojuelas en diciembre.
Por otro lado, la globalización ha permitido que tengamos variaciones locales de recetas tradicionales de otras latitudes del mundo, como el pavo de origen mesoamericano o el pernil de cerdo español, y otros que son característicos de cada nación. “Como la lechona o los tamales en Colombia, el arrollado de pollo en Argentina, el pan de pascua en Chile, el roscón de reyes en Ecuador, el lechón al cilindro en Perú o los romeritos y el bacalao mexicanos”, explica Jaime Silva, director de Señal Memoria.
Para el caso venezolano el pan de jamón, un delicioso horneado relleno de uvas pasas, aceitunas, huevo y, por supuesto, mucho jamón, es tal vez el plato decembrino más representativo.
“Un ejemplo de comida navideña que terminó arraigándose en otras sociedades diferentes a la originaria es el del panettone italiano, que llegó a buena parte de América de la mano de las diferentes oleadas migratorias de los siglos XIX y XX, y que por esta época es posible encontrar en panaderías y supermercados de casi todo el continente”, explica Silva.
Más platos navideños
Ahora bien, si hablamos de la natilla y el buñuelo, ambos son platos de herencia hispana que, al llegar a América fueron modificados para incluir ingredientes locales por influencia de culturas indígenas y africanas.
De acuerdo con la historiadora Lucía Rojas de Perdomo, ambas preparaciones llegaron a nuestro país en la época de la Colonia y su consumo no estaba necesariamente relacionado con la Nochebuena. Sin embargo, no demorarían en volverse parte del ambiente navideño, tal como lo evidencian archivos del siglo XVIII y escritos del XIX como el de José Manuel Groot, los cuales incluyeron a los buñuelos en las bandejas y amasijos que se compartían entre vecinos en dichas festividades.
Así, desde la década de 1930 con el crecimiento de la industrialización y la llegada de productos importados, hubo un boom de la masificación de harinas o fórmulas premezcladas para preparar chocolate, pandebonos, arepas, buñuelos y natillas de manera más fácil y rápida.
De este cambio es que se derivan las versiones más conocidas de los manjares navideños, las cuales incluyen fécula de maíz en reemplazo del maíz molido o mezclas para natilla con sabores en reemplazo del arequipe o el coco rallado. Teniendo una amplia variedad que ya incluye hasta sabores a maracuyá o mora.
¿Cuál es el plato insignia para su Nochebuena?